miércoles, junio 06, 2007

 

LA SATURACIÓN DE LA IMAGEN

escuchando: aire acondicionado/dedos
estado animico: parcial
pensando: cuanta imagen, caray!







Abordando el tema de las nuevas tendencias arquitectónicas y de la manera en la cual se sobrellevan, de las consecuencias que traen consigo millones de ideas plasmadas en la urbanización de una sociedad sin organización ni idea de las nuevas problemáticas que se tienen en la vida, este libro es un intento de abrirnos los ojos hacia lo superficial.



Encontramos este título algo sugerente, no hay modo de no entenderlo pues la palabra saturación, trae consigo no otra cosa sino excesos, y estos mismos no traen sino una exageración y esta a su vez la yuxtaposición de eventos.



Nos hemos dejado llevar por las apariencias sin conocer a fondo las razones por las cuales existen, las necesidades por las que aparecen y los problemas que intentan resolver las construcciones arquitectónicas.



Este libro critica la obsesión que se tiene por las formas, la imagen y la producción constante y obstinada que lleva a la sociedad a aceptar cada vez con menos reproche los proyectos arquitectónicos que se limitan a mera vanalidad e imprudencia ante el propósito verdadero de la arquitectura y la aceptación de una sociedad consumidora que se deja llevar por la seducción sensorial a las formas.



El tema a tratar es tomado de La An-Estética de la arquitectura de Neil Leach. Este libro contiene una serie de ensayos, cada uno trata de ver diferentes aspectos de distorsión en la arquitectura moderna, y es un esfuerzo del autor por conjugar las ideas de varios pensadores, para poder hacer una síntesis de actualidad. Desde su propósito inicial esta la apertura del dialogo para lograr crear conciencia o en su caso la controversia.



Apoyándose de esto tenemos como régimen las ideas filosóficas contemporáneas de Europa, que por mucho tiempo rigieron los términos de belleza y funcionalidad, logrando obtener construcciones nobles, respondiendo al verdadero problema social y teniendo la justificación correcta.



Como tal, La An-Estética no es un libro fácil, no lo es en varios sentidos; en principio es por lo complejo de las ideas expresadas, y en segundo por la forma de utilización del lenguaje, y aquí requerimos un paréntesis; si bien Neil habla sobre saturación de la imagen, este capitulo de su libro no es sino una saturación de palabras, una sobreposición de significados y conceptos que bien podrían confundir a más de uno. Pero esto no debe de desalentarnos, pues detrás de esta maraña de palabras encontramos una disertación interesante del modo en que se trata a la comunicación, del modo en que el abuso ha logrado estragos como en todas las cosas.



Entrando en materia, encontramos que Neil, apoyándose en el pensador Jean Paul Baudrillard nos hace ver las cosas desde otro punto de vista, y aquí es donde viene a entrar el dialogo, la critica o la controversia. Afirmando que con el abuso de la comunicación se ha logrado una contaminación de la información donde las imágenes creadas son tantas que el mensaje en sí se pierde en el camino, el proceso de comunicación se va degenerando hasta convertirse en una sombra de lo que realmente quería transmitir, a esto se llega después de ver como la información no esta en la cantidad de comunicación, sino en la forma eficiente del uso de ésta. Hasta aquí el concepto requiere pensarlo con detenimiento, de entre tanta definición del mismo que encontramos en aún más medios, es casi imposible tener una referencia completa, esto no pasaba, por ejemplo, en la antigüedad, o en la literatura de principio de siglo, pues los libros tienen la habilidad de irse descartando uno a otro, pero en el mundo de la comunicación moderna, donde la saturación de imágenes no solo es de libros sino, de televisores, de faxes y mas reciente de Internet, las imágenes se interponen tan frecuentemente, que es extremadamente difícil lograr una consolidación de una idea en un solo concepto. Como ejemplo, Neil toma un escrito de Baudrillard en el cual una compañía multinacional explica todas sus actividades a nivel internacional, el resultado es un reporte de doce volúmenes, de mil paginas cada uno, una simple pregunta ¿dónde esta la información?



Los medios de comunicación han dominado nuestras vidas, con el pretexto de ser cada vez más accesibles, están tomando parte de cada una de ellas, de nuestros pensamientos y esencias; nos venden la información a un precio muy caro: la falta de significado, tal y como lo dijo el teórico Baudrillard.



Nos saturan tanto de noticias, anuncios, reportes, cortes informativos; que hemos perdido la capacidad de distinguir. Todo elemento informativo ha conectado al individuo a un mundo extensísimo de la información, pero han sabido manejarla de tal manera que cambia el sentido de la comunicación a una nueva realidad, un mundo de falsedad que cada día tiene menos contacto con lo real.



La imagen es ahora la que sobrelleva el titulo de realidad, ya que es por medio de ésta imagen que la realidad se transforma en un simple anuncio publicitario, vendido a una sociedad conforme al consumismo, que desea aceptar la situación sin abogar por lo verdadero y auténtico.
Neil cita de Baudrillard un claro ejemplo de esto: Disneyland; la imagen que presenta es de ser un mundo irreal, que no tiene nada que ver con la vida exterior, pero sí como explicamos antes, el mundo real es dominado por la imagen, esto lo hace un poco irreal, llevándolo a ser parte de este mundo fantástico como lo es Disneyland, donde se vive más lo que és la nueva realidad de esta sociedad: La fantasía, lo irreal y el mundo consumista a máxima potencia, que vienen cada vez con más fuerza a regir nuestro mundo.



Al mirar todo dentro de estos ámbitos encontramos que las cosas se han estetizado, se convierten en objeto de estudio, el arte se devalúa, pues a todas las cosas se les trata de dar un valor “estético” donde lo común se eleva por encima de su concepto original, y el arte se devalúa a ser simplemente un objeto de estudio. Junto con la estetización viene la politización de la misma, donde a los artistas les da por politizar lo que hacen y un lío muy profundo al respecto. Pero todo esto me hace pensar en algo, ¿existe en México la saturación de la imagen, o ésta sobre-polución de información? ¿tenemos la conducta de estetizar todo o politizar el lenguaje de los artistas? ¿cómo desligarnos de todo este engaño para conservar nuestra posición de individuo pensante? Se dice fácil: manteniendo la capacidad de criticar, reconocer y sobrellevar la verdadera información, mas es un paso difícil cuando la sociedad no puede parar, se deja llevar por todo lo efímero, y cuan fácil nos convierte en una especie de personas hipnotizadas por un mundo lleno de imágenes.



Ahora bien, podemos decir que todo este concepto de imagen queda situado en lo superficial, de tal manera que lo que rige es el “como se mira” dejando a un lado la verdadera objetividad, trasladando toda esta situación a un mundo completamente estilizado, como se refiere el propio Neil Leach, y ésta manera de ver las cosas, ha cambiado todo sentido de la belleza, que por el simple hecho se ser así, hace mas fácil la confusión y aceptación de todas las cosas, pues se pierde la noción de lo bello. Todo se vuelve vacío y sin sentido, generando una obsesión por lo bello; mas ¿cómo poder estandarizar este termino?, ahora todo entra en este contexto, lo feo, lo bello son un solo termino y es esta exageración la que nos hace creer que vamos hacia un mundo sin sentido estético.



Ya que hablamos de una sociedad obsesionada con la estética de la imagen, es un tanto lógico que el arquitecto, que debido a su trabajo debe manejar con ésta área, muchas veces se pierda; participando así en un concepto de mera estética, sin razón de ser en la propia edificación. Gracias al extensivo trabajo abarcado por el arquitecto es fácil querer obtener un proyecto estéticamente bello y es ahí donde se vuelve peligroso. ¿Cómo podemos distinguir entre lo bello y lo que no lo es, cuando justo éste termino estético se ha descontextualizado? no se pretende decir que un edificio meramente funcional sea bello o que uno que utilice la ornamentación lo sea, pues cualquiera que sea el caso la negación o aceptación de un estilo se convierte en una forma de estilizar.



Mas aún así estos dos conceptos deben de relacionarse pues seria inútil un edificio estético si no cumple con las necesidades del usuario y por otra parte también ¿cómo podría ser arquitectura una edificación que no busca la belleza, lo armónico y lo grandioso?, se puede decir que todo tiene una respuesta, a lo largo del tiempo han aparecido corrientes como consecuencia del abuso de otra, y es gracias a esto que se ha ido mezclando y cambiado el sentido de la estética para otorgárselo a la mejor manera de sorprender al espectador, sin necesidad de que éste sea bello.
Todo movimiento y cambio social repercute en la historia, por lo tanto en la arquitectura, es muy difícil distinguir entre lo real y autentico, entre lo falso y volátil; entre lo estético y bello. Estamos invadidos de una época de confusión proclamando cada vez más lo innovador, aunque carezca de sentido moral. Necesitamos observar y reencontrarnos con nuestra identidad, tanto usuarios como arquitectos para poder expresar de manera correcta los cambios que tenemos como sociedad de una manera armónica y sincronizada, como personas capaces de interpretar las situaciones dadas y no como personas que se dejan llevar por la saturación de imágenes.



En México hay un flujo de información cada vez mas importante, el desarrollo del país ha propiciado que la tecnología vaya desarrollándose, aunque no de igual forma que en los países de primer mundo; de este modo, la información esta al alcance de la mayoría de la población, pero ¿ha llegado a saturarse de imágenes la información en México? Para no ir tan lejos en nuestra ciudad tenemos infinidad de anuncios que nos atacan cada día, mientras manejamos, mientras leemos un diario, o incluso cuando vemos un edificio cubierto de una gran manta que nos dice que Tijuana es mas segura y tiene menos baches. Si bien México no es un país de primer mundo, en saturación de imagen, estamos a la par, o vamos aún un poco más a la vanguardia. Quizá si nos cuestionamos cuál es el efecto perceptual de todo esto en nuestra realidad, no salgamos bien librados.





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