jueves, junio 30, 2005

 
los nuevos billetes




 
fotos comicas...

bueno, tengo una variedad de fotos chuscas y nunca las he mostrado, asi que voy a poner unas cuantas, como son muchisimas quiza despues ponga una galeria o algo asi....


el chambitas


nuevo entrenamiento


lunes, junio 27, 2005

 

mirame

Emarim

la tinta, suave conciencia sobre papel.

tus ojos viendome extasiados, tus labios.
tu ardor de mujer, de ninfa en mis sueños.
en tus ojos la madrugada, cafe de mi piel.
cafe en mis labios, en mi boca, cafe en mi prosa.
en un canto para perderse, vienes a matarme,
a ahogarme, en tus labios quiero morir.
en tus dientes, pra sentir el dolor.
dame esa mirada que quiero soñar, dame.
y el verso olvidado, tambien te amaba en verso.
te amo en noche, en azul, en claro oscuro mas,
te amo en rafagas, y a quemarropa, te amo en sol,
en viento, en hielo, en lo que siento no hay misterio.
facil sobrellevar, oma et.

.oim ,odilac ,ligarf opreuc ut ne oigufer em euq al ne

soibal sut ne otluco em euq al ne ,ehcon al aroll omoc

oesed le aroll omoc ,soirotircse ed ,sajoh ed adapapme

adamarred atnit al aripsus omoc <-----



cuandotuduermes.blogspot.com

sereno.

sábado, junio 25, 2005

 

bajon.

volar bajo
es acariciar el suelo.


sereno.


 

un hueco entre los ladrillos (morelli)

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jueves, junio 23, 2005

 

por que te quiero?

estuve pensando en tus palabras, asi como pienso en ti.
despertando despues de horas de haberlo hablado,
y la pregunta eterna se plantea en mi mente,
sabes porque te quiero?

quiza porque eres bella, pero no... las hay mas bellas.
no puede ser el amor tan efimero como la belleza.

quiza porque me inspiras versos, pero no...un verso es un dolor
el poema un monton de dolores, de ardores.

entonces porque te quiero? porque no quiero a julieta,
a laura, a martha, a estefania, porque a ti?

y una voz lentamente sube de mi cabeza, como un susurro
y dice: porque te quiero a ti? porque a ti?

no es comoda la pregunta, siendo que yo lo preguntaba primero.
no es justa, siendo que yo me lo preguntaba primero.

dejame decirte entonces, que te quiero porque te quiero,
porque no te olvido, porque me haces sentir un vacio cuando te marchas
te quiero porque no podria vivir de otra manera.
porque la forma final de la busqueda, termina en ti.

y si tu no preguntas, no preguntare mas, y solo... te quiero.

Sereno.

martes, junio 21, 2005

 

Roberto Fernandez Retamar


FELICES LOS NORMALES

A Antonia Eiriz

Felices los normales, esos seres extraños.

Los que no tuvieron una madre loca, un padre borracho, un hijo delincuente,

Una casa en ninguna parte, una enfermedad desconocida,

Los que no han sido calcinados por un amor devorante,

Los que vivieron los diecisiete rostros de la sonrisa y un poco más,

Los llenos de zapatos, los arcángeles con sombreros,

Los satisfechos, los gordos, los lindos,

Los rintintín y sus secuaces, los que cómo no, por aquí,

Los que ganan, los que son queridos hasta la empuñadura,

Los flautistas acompañados por ratones,

Los vendedores y sus compradores,

Los caballeros ligeramente sobrehumanos,

Los hombres vestidos de truenos y las mujeres de relámpagos,

Los delicados, los sensatos, los finos,

Los amables, los dulces, los comestibles y los bebestibles.

Felices las aves, el estiércol, las piedras.

Pero que den paso a los que hacen los mundos y los sueños,

Las ilusiones, las sinfonías, las palabras que nos desbaratan

Y nos construyen, los más locos que sus madres, los más borrachos

Que sus padres y más delincuentes que sus hijos

Y más devorados por amores calcinantes.

Que les dejen su sitio en el infierno, y basta.



¿Y FERNÁNDEZ?


A los otros Karamazov

Ahora entra aquí él, para mi propia sorpresa.

Yo fui su hijo preferido, y estoy seguro de que mis hermanos,

Que saben que fue así, no tomarán a mal que yo lo afirme.

De todas maneras, su preferencia fue por lo menos equitativa.

A Manolo, de niño, le dijo, señalándome a mí

(Me parece ver la mesa de mármol del café Los Castellanos

Donde estábamos sentados, y las sillas de madera oscura,

Y el bar al fondo, con el gran espejo, y el botellerío

Como ahora sólo encuentro de tiempo en tiempo en películas viejas):

«Tu hermano saca las mejores notas, pero el más inteligente eres tú.»

Después, tiempo después, le dijo, siempre señalándome a mí:

«Tu hermano escribe las poesías, pero tú eres el poeta.»

En ambos casos tenía razón, desde luego,

Pero qué manera tan rara de preferir.

No lo mató el hígado (había bebido tanto: pero fue su hermano Pedro quien enfermó del hígado),

Sino el pulmón, donde el cáncer le creció dicen que por haber fumado sin reposo.

Y la verdad es que apenas puedo recordarlo sin un cigarro en los dedos que se le volvieron amarillentos,

Los largos dedos de la mano que ahora es la mano mía.

Incluso en el hospital, moribundo, rogaba que le encendieran un cigarro.

Sólo un momento. Sólo por un momento.

Y se lo encendíamos. Ya daba igual.

Su principal amante tenía nombre de heroína shakesperiana,

Aquel nombre que no se podía pronunciar en mi casa,

Pero ahí terminaba (según creo) el parentesco con el Bardo.

En cualquier caso, su verdadera mujer (no su esposa, ni desde luego su señora)

Fue mi madre. Cuando ella salió de la anestesia, después de la operación de la que moriría,

No era él, sino yo quien estaba a su lado.

Pero ella, apenas abrió los ojos, preguntó con la lengua pastosa: «¿Y Fernández?»

Ya no recuerdo qué le dije. Fui al teléfono más próximo y lo llamé.

Él, que había tenido valor para todo, no lo tuvo para separarse de ella

Ni para esperar a que se terminara aquella operación.

Estaba en la casa, solo, seguramente dando esos largos paseos de una punta a otra

Que yo me conozco bien, porque yo los doy; seguramente

Buscando con mano temblorosa algo de beber, registrando

A ver si daba con la pequeña pistola de cachas de nácar que mamá le escondió, y de todas maneras

Nunca la hubiera usado para eso.

Le dije que mamá había salido bien, que había preguntado por él, que viniera.

Llegó azorado, rápido y despacio. Todavía era mi padre, pero al mismo tiempo

Ya se había ido convirtiendo en mi hijo.

Mamá murió poco después, la valiente heroína.

Y él comenzó a morirse como el personaje shakesperiano que sí fue.

Como un raro, un viejo, un conmovedor Romeo de provincia

(Pero también Romeo fue un provinciano).

Para aquel trueno, toda la vida perdió sentido. Su novia

De la casa de huéspedes ya no existía, aquella
trigueñita

A la que asustaba caminando por el alero cuando el
ciclón del 26;

La muchacha con la que pasó la luna de miel en un
hotelito de Belascoaín,

Y ella tembló y lo besó y le dio hijos

Sin perder el pudor del primer día;

Con la que se les murió el mayor de ellos, «el niño» para siempre,

Cuando la huelga de médicos del 34;

La que estudió con él las oposiciones, y cuyo cabello negrísimo se cubrió de canas,

Pero no el corazón, que se encendía contra las
injusticias,

Contra Machado, contra Batista; la que saludó la
revolución

Con ojos encendidos y puros, y bajó a la tierra

Envuelta en la bandera cubana de su escuelita del Cerro, la escuelita pública de hembras

Pareja a la de varones en la que su hermano Alfonso era condiscípulo de Rubén Martínez Villena;

La que no fumaba ni bebía ni era glamorosa ni parecía una estrella de cine,

Porque era una estrella de verdad;

La que, mientras lavaba en el lavadero de piedra,

Hacía una enorme espuma, y poemas y canciones que improvisaba

Llenando a sus hijos de una rara mezcla de admiración y de orgullo, y también de vergüenza,

Porque las demás mamás que ellos conocían no eran así

(Ellos ignoraban aún que toda madre es como ninguna, que toda madre,

Según dijo Martí, debiera llamarse maravilla).

Y aquel trueno empezó a apagarse como una vela.

Se quedaba sentado en la sala de la casa, que se había vuelto enorme.

Las jaulas de pájaros estaban vacías. Las matas del patio se fueron secando.

Los periódicos y las revistas se amontonaban. Los libros se quedaban sin leer.

A veces hablaba con nosotros, sus hijos,

Y nos contaba algo de sus modestas aventuras,

Como si no fuéramos sus hijos, sino esos amigotes suyos

Que ya no existían, y con quienes se reunía a beber, a conspirar, a recitar,

En cafés y bares que ya no existían tampoco.

En vísperas de su muerte, leí al fin El Conde de Montecristo , junto al mar,

Y pensaba que lo leía con los ojos de él,

En el comedor del sombrío colegio de curas

Donde consumió su infancia de huérfano, sin más
alegría

Que leer libros como ése, que tanto me comentó.

Así quiso ser él fuera del cautiverio: justiciero (más que vengativo) y gallardo.

Con algunas riquezas (que no tuvo, porque fue honrado como un rayo de sol,

E incluso se hizo famoso porque renunció una vez a un cargo cuando supo que había que robar en él).

Con algunos amores (que sí tuvo, afortunadamente, aunque no siempre le resultaron bien al fin).

Rebelde, pintoresco y retórico como el conde, o quizá
mejor

Como un mosquetero. No sé. Vivió la literatura, como
vivió las ideas, las palabras,

Con una autenticidad que sobrecoge.

Y fue valiente, muy valiente, frente a policías y ladrones,

Frente a hipócritas y falsarios y asesinos.

Casi en las últimas horas, me pidió que le secase el
sudor de la cara.

Tomé la toalla y lo hice, pero entonces vi que le estaba secando las lágrimas. Él no me dijo nada.

Tenía un dolor insoportable y se estaba muriendo. Pero
el conde

Sólo me pidió, gallardo mosquetero de ochenta o noventa libras,

Que por favor le secase el sudor de la cara.


Roberto Fernandez Retamar. Cuba.


sábado, junio 18, 2005

 

In the eye





I have my stuff.

So does you.

And you make such a big deal,

But you don’t have it for real.

Neither do I.


I lost my way.

You walk right, straight,

And you don’t understand,

That in the end, we do again

Meet face to face.


I see on these walls

Some light, some darkness.

The death fooling around,

Asking how much weight a pound,

And trying to look you in the eye.


I do believe

On a era of no one,

When we all take the blame,

And we all are ashamed,

For make the same question.


The way is now clear,

And bless by the rain

We do walk on the street

Since that day we meet,

The pain and the flesh.


Do your thing.

I do mine.

Lead the people do it right.

I will be the horse and knight.

And the death will look us in the eye.


Sereno.


miércoles, junio 15, 2005

 

ella se marcha





Gira la luna sobre la ventana mía,
silencio afuera, silencio y fantasía.
Ella se marcha, perfuma la escalera,
ella se marcha detrás de alguna estrella.

Cruza la calle y abraza una silueta,
bajo la noche son sólo una pareja
que se enamora, se esfuma calle adentro,
sólo una historia de amor en su momento.

El mundo gira y sin embargo no me siento bien,
siempre pensé: soy un gigante indestructible.
Hoy un amor, mañana el fin de algún de un capítulo.
Maldita suerte, la necesito.

alejandro filio.

martes, junio 14, 2005

 

amarse con los ojos abiertos.



Sthella me dio la tarea esta de leer el libro que a continuacion pongo, se trata de un libro de Jorge Bucay junto con Silvia Salinas, que trata primordialmente los problemas en pareja, no solo de parejas amorosas sino que sirve para cualquier tipo de parejas, ya sean amigos, colegas o cualquier tipo de pareja que se necesita que funcione, aunque esta muy dedicado a los matrimonios pues son terapeutas de parejas.
Estoy seguro Sthella, te va a gustar, sabiendo lo mucho que te gusta conceptualizar, y bueno espero te ayude y te animes, ya sabes te tengo un novio de catalogo, aunque esta algo solicitado, si no te apuras quien sabe, dale click a la imagen para descargarlo, esta encriptado, lo baje desde la pagina agujero.com, la comunidad del agujero negro, donde hay una gran cantidad de libros, si buscan alguno bajenlo desde ahi, o me lo piden y lo busco no importa donde, siempre encuentro lo que busco jejej, bueno la clave es "agujero.com" espero lo disfruten.


sereno

lunes, junio 13, 2005

 

yo solo queria escuchar su voz.



tenia pensado escribir un poema esta noche, tan solo porque estoy triste, porque hoy como todos los dias, quise escuchar su voz, pero igual otros dias, asi que empiezo a escribir y me doy cuenta que no es un poema lo qu e quiero escribir, sino solo una historia, como esos tipos que suelen tener diarreas mentales, nunca me ha pasado, y el dia de hoy me levante muy temprano, fui a desallunar fuera de casa, mire unos amigos, casi hermanos, uno de ellos salio de viaje, y en este preciso instante me doy cuenta que estoy escribiendo cosas tan frivolas como las que critico de otros blogs, y cuento los minutos que llevo aqui pensando en que escribir (llevo 2) y solo puedo decir que queria escuchar su voz, nada mas, no queria chat con ella, ni leer lo que escribiera en mail, queria escuchar su voz, porque el pecho me esta presionando, y en casa estoy muy solo con mis problemas, pero no queiro que vea en emoticonos que estoy triste, quiero que lo escuhce y quiuero oir su voz que dice que no pasa nada, quierodejar eso de lado y concentrarme en esa platica con tanya, donde las palabras nos descubren tal como somos, pero tienen que reafirmarse de frente algo asi como hablar un idioma, no basta con leerlo y escribirlo de forma aceptable tienes que hablarlo, de lo contrario, no podras andar por las calles de el pais nativo de la lengua en cuestion, con la soltura de quien habla la lengua. te miro de abajo, te siento lejana, andromeda, especial, en la noche, y claro me desespero, y pienso que pensaria de esto horacio oliveira pondria la fatidica hache hen todas las palabras que comienzan con vocal, hasi como lo hago. y los rios metafisicos que brotan de latas de tomate, cuantos negaron su hefecto en la hoscuridad. el halma hancestral como los murmullos, como el sonido del mar sobre hel viento.

dime , si no escribo el poema que tenia planeado... me leeras igual? frivolas palabras en las que divago perdiendo el efecto enervante que tanto me cautivo de niño y me preguntan si mire, claro que mire, todos lo vieron pero ninguno lo va a aceptar, horacio, que paso con tus aches, con tus metafisicas de libros de morelli, ese viejo que sabe que no despiertas, porque la maga, porque gregorovius, y el club. me atormentas, y ella, aun no tiene el programa, y yo queria escuchar u voz, y ya no se que mas puedo decirle en forma indirecta, no se si me entiendo, o me explico, porque sthella me hace etiquetar todo mi vida, conceptualizando hasta el respirar, deja te guardo una cancion, y como fernando te dejo la puerta abierta para que a tu vuelta no dejes de entrar.

dejame sentirme triste esta noche y mañana sentir pena de estas letras, porque igual querre escucharle, y ella no tendra el programa, y escribire te quiero, te amo, i miss you, c ya!! pero no, las preguntas, apreder, porque los chistes son malos si no se saben contar, y yo solo se que que queria escuchar su voz.

Sereno.

domingo, junio 12, 2005

 

poema no. 20



Puedo escribir los versos más tristes esta noche.

Escribir, por ejemplo: " La noche está estrellada,
y tiritan, azules, los astros, a lo lejos".

El viento de la noche gira en el cielo y canta.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Yo la quise, y a veces ella también me quiso.

En las noches como ésta la tuve entre mis brazos.
La besé tantas veces bajo el cielo infinito.

Ella me quiso, a veces yo también la quería.
Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.

Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella.
Y el verso cae al alma como pasto el rocío.

Qué importa que mi amor no pudiera guardarla.
La noche está estrellada y ella no está conmigo.

Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.
Mi alma no se contenta con haberla perdido.

Como para acercarla mi mirada la busca.
Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.

La misma noche que hace blanquear los mismos árboles.
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.

Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise.
Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.

De otro. Será de otro. Como antes de mis besos.
Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.

Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.
Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.

Porque en noches como ésta la tuve entre mis brazos,
mi alma no se contenta con haberla perdido.

Aunque éste sea el último dolor que ella me causa,
y éstos sean los últimos versos que yo le escribo.

Pablo Neruda.


jueves, junio 09, 2005

 

Pasos lentos


Aun recordaba las pequeñas calles de su pueblo, no había dormido durante noches tan solo pensando en el día en que debía volver. Y es que los sueños son más bellos cuando lo que deseamos lo desea también el corazón. Detrás de los cerros esos se podía ver el humo que salía de las chimeneas por la mañana, el olor a café que habría en aquellas casas le animaba a allegarse al pueblo, tenia desde las cinco de la mañana caminando y le apetecía un rico desayuno a las brasas como sabia que en su casa habría.

Decidió no llevar caballo con el fin de recordar el camino que recorrió de niño, bajaría al valle y andaría por camino de pozos hasta llegar a la base del volcán, rodearía la cañada, y en el claro descansaría a ver los nidos de las golondrinas a la orilla del rió. Después de tres horas de andar Samuel se encontraba a 10 kilómetros de distancia de su pueblo, recorría mentalmente el resto del camino, ya le parecía ver la casa del viejo Sebastián, seria la primera que vería, un kilómetro mas allá comenzaría a recorrer el empedrado húmedo de San Falco, quizá caminaría por el lado sur del pueblo, cruzaría el bebedero de las bestias y estaría en camino de frente al kiosco en la plaza principal.

Dos años atrás cuando Samuel decidió marchar, su huerta no tomaba la importancia que había adquirido con el largo viaje, ahora, después de ver la agonía que sufre uno en la ciudad, no veía forma de anhelar mas de su pequeña pero muy acogedora morada. La casa era como el resto de las viviendas del pueblo. Los muros eran de adobe enjarrado con cuidado con tierra amarilla, en la base del muro se veía el musgo, que se produce en los días de lluvia en verano, el techo constituido en gran parte de tejas de barro cocido y algunos tramos por laminas de fibra, cada casa consta con una cocina hecha de barro la cual se alimenta de leña, y una pequeña chimenea. En si las viviendas tenían siempre el sello campirano que se siente en esta parte del país.

Luego de tomar agua en el río, Samuel prosigue su camino con paso lento para poder aspirar todos los aromas, oír todos los sonidos, comienza a subir la pendiente que lo llevara a la meseta del pueblo.

Anda por espacio de una hora y ya puede ver el campanario de la iglesia, la huerta de mangos justo después de los sembrados de caña. Se quita el sombrero, saca de su saco un pañuelo con el que se limpia minuciosamente el sudor, se pregunta –como carajo no volví antes?. Se pone el sombrero y continúa su marcha sin apurar el paso.

Justo antes de llegar a la casa del viejo Sebastián le da alcance una nube, a la cual no le da importancia aun siendo tiempo de las aguas, pasa la casa del viejo Sebastián y la ve muy callada como de costumbre - por la tarde volverá a saludar al viejo – se dice. Ha llegado al pueblo, se ve en su rostro la alegría al saludar a todos al pasar y escuchar – mira! Si es el joven Samuel!, Dios te bendiga muchacho - todo es tan bello como siempre, y justo al pasar por la plaza, la nube que le había dado alcance derrama su encargo divino sobre el pueblo, Samuel no apura el paso, solo agradece el recibimiento que ha tenido. Sus lágrimas se mezclan con la lluvia.


Sereno

 

tarde de lluvia




Lentamente me consumió la lectura, fui tomando las palabras que en orden casi equivalente al rocio de la mañana, cubrían lentamente mi ser. "la ciudad y los perros" claramente tomo mi mente esa tarde, mientras un grupo de nubes comenzó a cubrir mi cielo y tomar de frente el campanario de la iglesia, dando una sombra familiar a ese aspecto colonial por poco y barroco de la iglesia.

La tarde avanza cada vez más lenta, y Mario Vargas Llosa me cuenta de Chiclayo, de Lima, de los perros y del jaguar. El adoquín aun húmedo de la lluvia de anoche da un aspecto de limpieza a la calle entera. Es cuando la descubro, pequeña gota suicida, kamikaze regalo divino que humedece nuevamente el suelo, lentamente pero en forma constante se unen a esta gota muchas mas, se desprenden del cielo con gracia, con afán de dar su valía a esta tierra. Al caer al suelo la gota se divide en miles de partículas, las cuales rápidamente forman un charco aquí y otro allá, no son homogéneas las manchas de líquido derramado. Recojo mis pies para evitar mojarme, creo que ha sido un poco tarde, me recojo hasta pegarme a la pared, y en el espectáculo de la lluvia leve prosigo con mi lectura.

Todo el pueblo esta solo y únicamente unos perros corren en la calle bajo la lluvia, de pronto un trueno me impide seguir con la lectura, entonces concentro mi atención solo en la tormenta que se escucha lentamente, como un recuerdo aproximándose, siento como la nostalgia se apodera de mi otra vez, y de repente se aviva la tormenta, se despierta el mundo y llora Tlaloc, llora quizá por mi, por lo que no he llorado. Miles de aplausos y una sinfonía natural me acompañan, truenos, arroyos que cubren ahora toda la calle dejando bajo el al adoquín sumergido, y parece que me dice: "no puedo seguir así". De que trata esto si no tenemos problema alguno, pensé, pero sus palabras continuaron, "no quiero seguir así" y eso me dolió.

Me quite el abrigo y protegí el libro que tenia entre manos, lo deje en un lugar seco. "Nunca tuvimos problema alguno, aun te quiero, tu no a mi?" Y la lluvia se intensifico y me redujo a insignificancia con su voz, y ahí miro sus ojos bellos, su hermosa sonrisa opacada por los nervios y el dolor que aun tenia, mas no supe porque y dije: "que diablos, no voy a desperdiciar la lluvia" y Salí a mojarme. Corrí por la avenida en San Luis Rio Colorado, corrí con todas mis fuerzas. El agua hace brincos a la par conmigo, se la ve alegre, y todo yo hecho de papel. Comienzo a dar saltitos y giros bajo la lluvia, que puede considerarse tormenta. Dentro de mi y no me despedí muy bien, no tuve el valor. La lluvia calma, después de media hora, y yo arrodillado en la mitad de la callecita en un pueblo una hora al sur de Tepic. "cuando te vas" preguntaste, Déjame que pida un camión ya y llorare todo el camino. Y no pude contener más.

Lloro la lluvia lo que yo no, se entristeció el cielo y hace una hora y tres cuartos no para de llover, sin abrigo, solo a la mitad de este arrollo improvisado. No creo que ella me recuerde como yo a ella. Y hace más de un año. Hace más de tres horas estoy en la misma posición que bella es la lluvia, así como ella. Y estalla el cielo y derrama luz para decirme que lo olvide, pero no puedo. Siempre pasa igual y no hay testigos, y no hay quien me hable de ella. Ni quien le hable de mí.



Sereno.

lunes, junio 06, 2005

 

cierto o falso?

navegando por ahi sin rumbo y con alguna referencia de una compañera de la escuela me encontre con un espacio dentro de la comunidad de Myspace.com de nada mas y nada menos que....


the VIRTUAL POPE


no podemos decir que todo lo que vemos en internet es cierto pero este papa virtual quien dice llamar se el ex-cardenal joseph ratzinger anda por la web bendiciendo todos los myspace's que tiene acceso, al parecer no tiene hora de rezo o algo asi y se la pasa dando la bendicion de dios por medio de internet, sea o no cierto ya son miles de personas que han visitado su espacio, y si no le han agradecido la bendicion, se la piden entrando a su sitio, el papa recive agradecimientos al igual que cumplidos, jejej cosa de lo mas comica que es toda una personalidad, bueno esperemos que la fe de estos miles no sea defraudada, al menos yo no soy catolico , pero bennedict, el papa puede llegar a tu pagina y darte la bendicion, (si tienes un myspace) quiza dentro de poco se pueda uno confesar via e-mail, o incluso rezar el rosario en un chat, no se, la tecnologia nos alcanza.

visita el espacio del nuevo papa bennedict XVI en esta direccion

virtual pope


quiza en una de esas visita tu espacio.....

viernes, junio 03, 2005

 



acabo de hacer este baner para el blog de Angie, si quieren visitarlo den click en la imagen. y ya estan ahi.

Sereno

jueves, junio 02, 2005

 

como dice que dijo?




Apenas el le amaba el noema, a ella se le agolpaba el clemiso y caian hidromurias, en salvajes ambonios, en sustalos exasperantes. Cada vez que el procuraba relamar las incopelusas, se enredaba en un grimado quejumbroso y tenia que envulsionarse de cara al novalo, sintiendo como poco a poco las arnillas se espejunaban, se iban apeltronando, reduplimiendo, hasta quedar tendido como el trimalciato de ergomanina al que se le han dejado caer unas filulas de cariaconcia. Y sin embargo era apenas el principio, porque en un momento dado ella se tordulaba los hurgalios, consintiendo en que el aproximara suavemente sus orfelunios. Apenas se entreplumaban, algo como un ulocordio los encrestoriaba, los extrayuxtaba y paramovia, de pronto era el clinon, la esterfurosa convulcante de las matricas, la jadehollante embocapluvia del orgumio, los esproemios del merpasmo en una sobrehumitica agopausa. !Evohe! !Evohe! Volposados en la cresta del murelio, se sentia balparamar, perlinos y marulos. Temblaba el troc, se vencian las marioplumas, y todo se resolviraba en un profundo pinice, en niolamas de argutendidas gasas, en carinias casi crueles que los ordopenaban hasta el limite de las gunfias.

Rayuela. Cortazar, Julio. Cap. 68

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